El pasado mes de noviembre, el portal Animal’s health publicaba una encuesta realizada a 1.000 personas que desvelaba datos sorprendentes:
-El 64% de las parejas españolas afirma que su relación se ha fortalecido desde que tienen un perro. Además, el 50% confirma que pasan más tiempo de calidad juntos gracias a su mascota.
-El 20% de los millennials españoles prefiere perros antes que hijos. El estudio desvela también que 1 de cada 5 millennials ha decidido que su familia esté compuesta solo por perros y no por niños. Además, son los que deciden ser propietarios antes: 1 de cada 4 (27%) lo hace en el primer año de relación.
Y lo más curioso de todo, es que este paisaje puede ser extrapolado al otro lado del Atlántico. En EEUU, los perros ya no están relegados a la perrera. Según la Asociación Estadounidense de Productos para Mascotas, un grupo gremial, casi el 60 por ciento de los dueños de perros dicen que consideran a su mascota como un hijo o un miembro más de su familia.
Visto así, la humanización de la mascota llega a ser tan efectiva que son muchos los que permiten que los perros se acurruquen para dormir en su cama junto a ellos.
¿Es buena idea dormir en la misma cama con tu perro?
Desde el punto de vista emocional, tal y como refieren varios estudios, entre ellos los realizados en la Clínica Mayo en Phoenix, el colecho humano – animal es positivo. Tanto los humanos como los perros dormían bastante bien en la misma habitación. Los humanos tuvieron una media de eficacia del sueño (o el porcentaje del tiempo que pasaban dormidos en la cama) del 81 por ciento, mientras que los perros tuvieron una eficacia del sueño del 85 por ciento. Los niveles por arriba del 80 por ciento se consideran satisfactorios en general. Los perros dormían igual estuvieran en la cama o en algún otro lugar de la habitación. Es más, los animales son una fuente de apoyo, cariño, confort, seguridad y estabilidad que puede llegar a tener importantes beneficios para la salud.
Sin embargo, otras investigaciones apuntan que hay algunos posibles problemas en compartir lecho con los animales.
– Riesgos para la salud ( reacciones inmunológicas, alergias, asma o neumonitis por hipersensibilidad, mordeduras, arañazos)
– Problemas del sueño. Muchas veces relacionadas, además de con el movimiento, con desajustes entre temperaturas entre los humanos y las mascotas; así como las diferencias en los ciclos de sueño y vigilia.
– Problemas de conducta en los animales. según Jagoe y Serpell, los perros a los que se les permite dormir con sus dueños pueden experimentar un aumento en la agresividad y problemas relacionados con la separación.
– Por último, los animales pueden ser una importante fuente de conflicto y estrés en las relaciones de pareja ya que son un obstáculo para la intimidad.
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