Una salida que pasa, a corto plazo, por vacunarse. Las primeras personas en hacerlo serán personal sanitario y grupos de riesgo. No obstante, la rapidez con la que se han producido estas vacunas y las diferentes teorías conspiratorias alrededor de ellas han generado mucha desconfianza en la gente, que a día de hoy, está dividida en esta cuestión.
Según la última encuesta de TVE, el 55% de los españoles estarían dispuestos a vacunarse en una segunda tanda, tras observar si hay efectos secundarios en la primera. Otro informe del CIS afirma directamente que el 40% no querría vacunarse de ninguna manera, ni antes ni después.
Ahora, ¿existe algún riesgo de ser multado si se rechaza la vacuna? El ministro Salvador Illa afirmó hace poco que no es obligatoria por el momento, aunque podría llegar a serlo «si fuera necesario y la epidemia lo exigiera».
«Es una vacuna obligatoria y, por lo tanto, debemos estar preparados para que, cuando la tengamos, no sea una cuestión que tengamos que judicializar, sino que sea una cuestión que la ley orgánica prevé expresamente», declaraba recientemente.
A través de una reforma de la Ley de Saúde del grupo autonómico popular, las sanciones por negarse a hacerse a un test o a recibir la vacuna incurrirían en infracción leve y el montante de las multas podría alcanzar los 3000€.
¿Protección o violación de la intimidad? Si la salud pública está en riesgo, expertos en legislación sanitaria como José Enrique Pérez Palaci aseguran que habría que aceptar la vacuna.