No te gusta tener invitados sorpresa. Menos aún cuando parece que se van pero no. Lo mismo te ocurre con los granos. Bueno, peor. Al menos las visitas inesperadas te sonríen cuando les preparas el desayuno. Sin embargo, ese forúnculo que se posa en tu tez parece odiarte. Afea tu barbilla durante unos días para después metértela doblada. Nunca se va del todo, como algunas exparejas. Y a cuenta de eso tienes que soportarlo una vez más, en el mismo sitio, cuando parecía que ya había desaparecido.
«¿Por qué me sigue saliendo el mismo grano en el mismo lugar, pese a habérmelo quitado ya?», te has preguntado en más de una ocasión frente al espejo. «Ojalá tuviera un aspirador de puntos negros», continúas. Este hecho no es aislado (no pienses que eres el único al que le ocurre), puede suceder por varias razones. ¡Te sacamos de dudas!
No está todo perdido. Primera regla para evitar que nos salgan los dichosos granos ¡la higiene facial! Hay que establecer una rutina diaria de hidratación y limpieza. Lograremos así que nuestra piel luzca saludable y luminosa
Tenemos que lavarnos la cara al menos dos veces al día. Una buena rutina sería mañana y tarde. Coger un cepillo facial y un jabón adecuado a nuestro tipo de piel y frotar suavemente nuestra piel para eliminar impurezas
Que un grano nazca en el mismo lugar en el que te deshiciste de él tiene su razón de ser. El motivo que da explicación a tu caso se encuentra entre estos tres:
Hay granos que encuentran acomodo bajo la piel. Algunos llevan contigo más tiempo que tu nuevo corte de pelo. Se les conoce como granos quísticos y se originan cuando tus poros se ramifican, provocando que la grasa no siga su camino habitual hacia la superficie.
Se van inflando y desinflando según el aceite que produzcas. Deberás esperar a que te dejen cuando les parezca. El remedio más eficaz es acudir al dermatólogo.
También puede ocurrir que exprimieras ese grano de tu mejilla hasta que explotó. Las tenías todas contigo, pero no es que seas un erudito en exterminar espinillas. No eliminaste todo lo que blanqueaba el poro, con lo que volvió a nacer el maligno en el mismo lugar.
Y no solo eso, lo hizo por partida doble. La irritación dio paso a un nuevo amigo en tu pómulo. La liaste buena…
Muchas veces te tocas la cara de la misma forma cuando estás leyendo, viendo la tele o en otras circunstancias. Recuerda que nuestras extremidades superiores pasan por cientos de lugares antihigiénicos diariamente. Si no están completamente limpias, podrían llevar a la suciedad a la parte más profunda del poro, dando lugar a estos indeseables.
Quizá también has observado que cada vez que una paella de granos te chafa las fotos de la noche del viernes, se sitúa en la misma zona de tu cara. Estas manifestaciones te están dando más información que el buscador de Google. Si el acné siempre irrumpe en tu nariz, relacionada con la presión arterial, debes comer alimentos menos picantes y grasas buenas como las nueces y el aguacate.
Si su emplazamiento preferido es la barbilla, estás un poco estresado. Si prefiere la frente, puede que tengas problemas en el aparato digestivo. En este caso, ¡aumenta tu consumo de agua! ¿Que siempre te salen granos en los mofletes? Pues deja de fumar. Claro, que esto también puede estar ocasionado por alergias.
Así que, ya sabes, para evitar el acné en general, cuida la limpieza y la alimentación (las raquetas de chocolate después de cenar no son buena compañía), Además, examina tu cara cada día, pues tu rostro habla y, en ocasiones, te cuenta otros contratiempos que van más allá de la piel. Si el problema persiste, consulta con un especialista.
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