«Parece el nuevo Frank de la Jungla«, comienza explicando nuestro atrevido al ver la actitud de su hijo casi con cualquier animal. Sin miedo a acercarse a ninguno de ellos, ya se ha llevado algún que otro mordisco… Pero le ha dado igual. «Me da miedo que tengamos un disgusto«, terminaba diciendo.
Rocío Ramos-Paul entiende que, a esas edades, muchos niños y muchas niñas no terminan de entender y medir las consecuencias de lo que hacen. De hecho, no le será fácil cambiar esa actitud cuando ya ha recibido «sustos» en forma de mordiscos, y ni siquiera sigue viendo así el peligro.