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Pedro García Aguado atiende la consulta de una atrevida que no sabe cómo actuar con su hijo: consciente de que tienen una persona de riesgo, él hace caso omiso al uso obligatorio de mascarilla.

La falta de responsabilidad le llega por la presión social de sus amigos. Aunque le advirtieron de los riesgos de contagio, sobre todo con su abuela viviendo en casa, el adolescente dejó de ponérsela cuando, el primer día, sus amigos no paraban de burlarse por ello.

«No quiero poner en peligro a mi suegra ni hundir la vida social de mi hijo», lamentaba la atrevida, como si tuviese que escoger una de las opciones. Abandonando la idea del castigo, Pedro García Aguado explica las pautas a seguir para trabajar la conciencia del chaval.

El relato de un sanitario

Si tiene algún conocido que haya vivido este «infierno« en primera línea de batalla, su experiencia bastará para concienciar al adolescente y que este se de cuenta de la pesadilla real que ha supuesto el coronavirus.

Junto a la concienciación, hay que insistir en la necesidad de respetar las normas, sobre todo teniendo una persona de alto riesgo en su propia casa. «Sabiendo que puede pasarlo muy mal, eso está por encima de cualquier risa que puedan echarse sus amigos», concluye Pedro García Aguado.