Como adelantamos hace unos días en Cadena Dial, Marwan vuelve al ring siendo El Viejo Boxeador al que se da por vencido y tras remar a contracorriente, acaba llevándose la victoria.
Porque si se trata de emocionar y dar con el mensaje adecuado, el poeta madrileño es un auténtico campeón de los besos pesados, musicalmente hablando.
De esos que, lentamente, te cambian por dentro y te despiertan de mil lecciones mal aprendidas. Este primer adelanto de su nuevo álbum es precisamente eso, un despertar.
Un gancho al narcisismo y a la superficialidad de la sociedad actual, donde la gente ha vendido su fondo por la forma.
Por suerte quedan personas como Marwan, que prefieren navegar a través de la tormenta, conscientes del peligro y orgullosos de su esencia. Campeones de la vida que antes de buscar un tesoro sin alma, deciden meter mensajes dentro de una botella.
Para todos esos viajeros que, sin saber en qué mar deambulan, esperan las palabras adecuadas, un cambio de aires, un golpe de gracia.
Gracias querido Marwan, no cambies nunca.
Miro alrededor
y encuentro tanta gente hundida en la contradicción,
sonrisas de Instagram con tanta pena en su interior,
fragmentos de poemas míos en la SuperPop.
Y quién coño soy yo,
si todos tienen miedo a la palabra cantautor,
las radios venden música enlatada al por mayor,
me dice un productor «Marwan, te falta un reggaeton».
Nunca cambiaré,
hace siglos ya lo dijo el escritor:
«quien se pone precio pierde su valor».
No me rendiré,
tengo el corazón de un viejo boxeador
que cayó 1000 veces y se levantó
y entendió que eso era ser un campeón.
Vi la tentación,
el oro, los laureles, los aplausos, la ovación,
amigos que te quieren mientras dure tu canción,
creí ser especial, que yo era el hombre del millón.
Y aquí está la lección:
El éxito es tan solo anestesia ante el dolor,
el ego es solo un niño herido que nunca creció,
un niño que confunde el amor con la atención.
Nunca cambiaré,
hace siglos ya lo dijo el escritor:
«quien se pone precio pierde su valor».
No me rendiré,
tengo el corazón de un viejo boxeador
que cayó 1000 veces y se levantó
y entendió que eso era ser un campeón.
Nunca cambiaré,
hace siglos ya lo dijo el escritor:
«quien se pone precio pierde su valor».
No me rendiré,
tengo el corazón de un viejo boxeador
que cayó 1000 veces y se levantó
y entendió que eso era ser un campeón.
No estamos aquí para cumplir los sueños de nadie. Estamos aquí para cumplir los sueños del niño que llevamos dentro. No lo traiciones por unos céntimos de atención ajena.
— Marwan (@Marwanmusica) June 11, 2020
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