Dos composiciones en acústico en las que una vez más apreciamos la dulce sensibilidad de la artista onubense, reflejando amores imposibles y deseos profundos de libertad.
A veces las guitarras lloran aunque no lo podamos apreciar, pero se siente y eso lo hace real. Marta Soto nos cuenta la historia de un amor que anhela ser libre y sin embargo vaga en la tierra del miedo.
Un sentimiento único que solo puede ser contado a través de una voz especial como la de Punta Umbría.
¿Formará parte de la selección de su nuevo disco? Parece pronto para saberlo. No obstante, es amor a primera escucha.
En estas semanas está habiendo multitud de despedidas en nuestra sociedad. Algunas son desgraciadamente para siempre y otras quedaron en un «hasta luego».
Marta Soto retrata el vacío y la impotencia de no poder hablar con aquella persona, ese abrazo en forma de ser humano que hoy nos falta.
Por suerte está ella para abrazarnos con sus versos. ¡Mucho ánimo bella! Te escuchamos, te queremos.