De origen celta, el bosque era para esta cultura «algo sagrado» por contener todo elemento que presenta nuestro universo. Por ello, sus árboles muchas veces pueden ser vinculados con nosotros mismos, siendo en este punto cuando debemos empezar a reflexionar.
Este tiempo dedicado a la «sabiduría» nos ayudará a entender que «somos parte de algo» y que ese ‘algo‘ es mucho más grande de lo que nos imaginamos. Pese a ser una parte más de ese todo, nuestra labor por cuidarla es fundamental.