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Los tipos de padres según sus preguntas al ir a recoger a sus hijos al colegio

Rodrigo Díaz
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niña y madre beben zumo
Rocío Ramos-Paul viene con una interesante clasificación de padres y madres en base a las preguntas y el grado de interés que muestran tras la recogida a los peques al colegio.

 

 

 

«Dime qué preguntas en la puerta del cole y te diré qué tipo de padre eres», menciona nuestra especialista antes de tratar uno de los temas más interesantes sobre la relación padres-hijos: La frustración de muchos adultos al ver que su peque no le cuenta casi nada sobre su vida o su día a día en el colegio.

La mayoría de las razones residen en los primeros tipos que resalta Rocío, siendo el primero «el interrogador». Este padre o madre, como su propio nombre indica, llena de preguntas a su hijo nada más recogerlo, provocando una respuesta en él o ella de «ya no quiero escuchar más a mis padres».

 

«El que sienta cátedra»

 

Misma reacción genera el adulto «que sienta cátedra», aquel que le basta una respuesta errónea o que no le convenza para soltarle un sermón de mucho cuidado. Y de la misma manera encontramos al «sobreprotector», aquel conocido por la gran mayoría y cuya pregunta más habitual es sobre lo que ha comido en el colegio.

Antes de mencionar lo que sí debemos hacer al recogerles, todavía queda un último grupo de «los que ni preguntan». Van tan acelerados o muestran tan poco interés que ni preguntan al peque… Aunque luego también se cuestionan por qué su hijo o hija no les cuenta nada.

 

«A los peques les encanta saber qué hacen sus padres»

 

¿Hay un modo adecuado de hacerlo? Sí, y Rocío Ramos-Paul nos detalla cómo hacerlo. Empieza preguntándole «¿qué tal?» y pídele después que te cuente algo divertido que haya vivido ese día. Si es escueto en su respuesta, aprovecha para contarle algo que te haya ocurrido a ti. Como dice nuestra compañera, «les encanta saber qué hacen sus padres cuando no están con ellos».

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De este modo, recupera la rutina al día siguiente y ten paciencia. Si sigue sin querer contarte nada, espera al momento en el que se sienta con libertad para narrarte su día a día. Entonces, ten cuidado de no parar todo lo evolucionado y escúchale sin interrumpir.
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