Casi dos semanas y media. Ese es el tiempo que los niños pueden portar el coronavirus en nariz y garganta, según un estudio desarrollado por investigadores de Corea del Sur y publicado en la revista médica JAMA Pediatrics.
Es por ello que es muy importante detectar los casos asintomáticos ya que en los más pequeños los síntomas suelen ser leves casi imperceptibles, lo que facilita esa propagación ‘invisible’ del virus.
Las conclusiones de este análisis se destaca la necesidad de contar con una amplia red de rastreo de contactos para frenar la transmisión del virus y sobre todo, atajar la transmisión silenciosa.
«Hacer pruebas a las personas expuestas que aún no muestran síntomas de COVID-19 es crucial para rastreo de contactos, que ayuda a identificar y apoyar a otras personas que están en riesgo de infección «, explica la presidenta de la Academia Estadounidense de Pediatría , Sally Goza.
Para el estudio se analizaron un total de 91 niños (asintomáticos, presintomáticos y sintomáticos diagnosticados con COVID-19) entre el 18 de febrero y el 31 de marzo en 22 centros de Corea del Sur.
De los 85 infectados, un 93% no se detectó porque solo se evaluó a pacientes sintomáticos, no realizando el test a los que no presentaban síntomas, unos 20 niños. El resto de los pequeños presentaba fiebre, tos, diarrea, dolor abdominal y pérdida del olfato o el gusto, entre otros síntomas, cuya duración osciló de uno a 36 días.
Tos, congestión nasal, dolor de garganta, dificultad respiratoria, dolor torácico o de cabeza son algunos de los síntomas más comunes del Coronavirus.
Además, hay que estar muy atentos también si nos acusan vómitos, diarrea, dolor muscular, lesiones o manchas en la piel o la disminución del olfato y el gusto.
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