La OCU señala cuáles son los mejores langostinos congelados del mercado

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Con las fiestas de Navidad a la vuelta de la esquina, ya ha empezado a inundarnos el espíritu navideño. La decoración y la colocación del árbol es tan importante para unos como para otros lo es la búsqueda de un producto de calidad para las cenas y comidas de estas fechas.

Un alimento estrella de diciembre presente en la mayoría de los hogares españoles es el langostino. La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha analizado varias marcas de langostinos congelados del mercado y ha establecido una lista con los mejores.

Te recopilamos los mejores y te decimos cómo conservarlo para poder disfrutarlos en su mejor estado.

1. Langostinos El Corte Inglés (11,23 €/Kg)

La OCU entrega el top 1 a los langostinos de El Corte Inglés por su calidad, conservación del sabor y del producto en general. Un acierto seguro para estas fiestas y cuyo precio está en 11,23 €/Kg. 

2. Rodolfos Pescanova (14,95 €/Kg)

Un poquito más caros y en segunda posición le siguen los famosos langostinos Rodolfos Pescanova, a 14,95 €/Kg. 

3. Flete (8,74 €/Kg)

Los Flete cierran el podio, unos langostinos que pueden comprarse en los supermercados Aldi a 8,74 €/kg.

4. Ocean Sea (9,36 €/Kg)

Incluimos la continuación al podio de los mejores langostinos dada la cercanía en puntos de los Ocean Sea en la cuarta posición. Estos se pueden comprar en Lidl por 9,36 €/kg.

No obstante, la OCU señala que todas las opciones comparten un elemento negativo, y es su cantidad elevada de sal. En cuanto al precio, la media del kilo de langostinos cocidos suele rondar los 10 euros, mientras que en las pescaderías puede encontrarse por 11,56 €/Kg. 

¿Cómo conservar el producto?

La calidad del producto es esencial, pero también lo es saber conservarlo para consumirlo en perfecto estado. Como todo pescado congelado, la OCU recomienda que los langostinos se descongelen en la nevera y no a temperatura ambiente ni con agua del grifo.

La mejor opción es la de colocar los langostinos encima de una rejilla, de manera que el agua que vayan desprendiendo en su proceso de descongelación no entre en contacto con los langostinos y así no altere la calidad del producto.