Los grandes errores de padres y madres al evitar reconocer que no saben algo

Rodrigo Díaz

Rocío Ramos-Paul comienza con una interesante pregunta que todos los adultos debemos hacernos de vez en cuando: ¿Cuándo ha sido la última vez que hemos dicho «no lo sé» o «no tengo ni idea»?

 

 

 

Si no eres capaz de recordar esa última vez, atiende seriamente la sección de nuestra especialista porque probablemente serás de aquellos que temen y evitan a toda costa la sensación de sentirse «chiquititos» cuando mostramos al exterior nuestro desconocimiento sobre algo.

Ese problema se agudiza en la imagen que le damos a nuestros pequeños. Ellos y ellas siempre nos verán como superhéroes o «todólogos«, razón por la que nosotros, para no decepcionarles, utilizamos alternativas para ocultar que no sabemos algo.

 

El derecho a decir «no lo sé, no me importa»

 

Por ello, solemos inventarnos respuestas, cambiar de tema rápidamente o tomarnos a risa las preguntas de nuestros hijos. Tres grandes errores que representan todo lo que no hay que hacer en estos casos. Como señala Rocío, cambiemos nuestra reacción y tengamos más naturalidad y espontaneidad a la hora de encontrar una respuesta.

Al fin y al cabo, es un «derecho propio» poder decirles que no sabes algo y, de paso, fomentar la «lucha contra el desconocimiento«. Ya que no lo sabes, ayuda a tu peque a encontrar una respuesta a su cuestión y presta esa atención que él o ella demandan.