Una traición siempre es muy difícil de digerir, y normalmente nos apoyamos en nuestros allegados para afrontar este tipo de situaciones. La familia es un pilar fundamental en nuestras vidas. Por eso mismo cuando las traiciones vienen por parte de un ser querido, duelen muchísimo más.
Esto le ocurre a Lidia. Llevaba 29 años en un matrimonio que ella misma define como inestable, con altibajos y muchas discusiones. Hace 10 años que no se sentía a gusto con su pareja, pero siguió adelante por el bien de su hijo. El año pasado su exmarido le dijo que prefería estar solo, pero Lidia pensaba que era solo un bache. Finalmente él se marchó de casa asegurando que no estaba enamorado. Tras investigarlo, Lidia descubrió que él mantenía una relación con su excuñada. Tanto su hijo como sus sobrinos están en medio de esta situación. Lidia está destrozada y no se siente capaz de avanzar.
*Texto: María Aragonés