El polifacético Isidro Montalvo ahora ha abierto una peluquería y va a pedir consejo a una atrevida sobre el tinte de pelo que se pone.
Daba igual los nombres y vínculos familiares que se inventara; esta pobre oyente no tenía nada que ver con la historia de nuestro compañero. El caso es que él cuida mucho a sus clientes, y más cuando vienen con el pelo quemado de las vacaciones.
Paco «El Peluca» está muy molesto por el estado en el que lo ha traído una cliente habitual, y va a aprovechar para desahogarse: «La dije que se pusiese un gorro porque parecía eso el cenicero de un bingo«.
Y como ya viene siendo habitual en las bromitas, tocaba calentar el estómago preguntando por la comida que andaba preparando la oyente. Sin embargo, esta vez han informado mal a Isidro Montalvo y va a quedarse sin descubrirlo.
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