Porque si algo tiene claro la humorista es que, de esas fiestas, «se sabe cuándo se entra pero no cuándo se sale». Ella nos ha contado todo lo que tienen estas fiestas y, sinceramente, dan ganas de ir cuando todo esto pase.
Las cuestas de la ciudad pueden ser el único impedimento, aunque se ve ampliamente contrarrestado por lo demás: Se come y bebe más «que en un rodaje de Juego de Tronos«, la proporción amigos-rondas es insuperable… ¡Y no hablemos del Pylicrim!
Para quien no lo sepa, el Pylicrim es un vino blanco que golpea con mucha, mucha fuerza. «Se llama así porque ‘Dame veneno que quiero morir’ estaba cogido por Los Chunguitos«, ironiza nuestra compañera.