Isidro Montalvo compara en su sección el nivel de humor que existía hace años, con grandes figuras como Arévalo y Eugenio, con los matices y el filtro que existe en la actualidad.
«Todo caduca», comienza explicando nuestro compañero, entendiendo que muchos de esos emblemáticos humoristas nunca van a tener un digno heredero… Y que en algunos casos sus bromas y chistes ya no se ajustan al respeto y tolerancia actual.
Eugenio es el claro ejemplo de que no hay nadie capaz de imitarle: Ni sus chistes ni su manera de contarlos. Y aunque los de Arévalo no sean siempre los más correctos, muchos de nosotros recordaremos esa época en la que corríamos a la gasolinera más cercana o tienda de discos, para hacernos con el nuevo volumen de chistes del madrileño.
Isidro Montalvo también se ha animado a culminar esta sección con un chiste sobre médicos y un paciente muy alarmado por su afición por los robos: «Si estas pastillas no te sirven, puede que encuentres un teléfono móvil para mi hijo…».
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