Isidro Montalvo se supera con esta nueva poesía que habla del proceso desde que se crea un muñeco de nieve… Hasta que desaparece con la llegada del sol.
Todos hemos soñado, como dice el humorista, con hacer ese hombre de nieve con una zanahoria como nariz y unas ramas de árbol como extremidades. Veías caer la nieve del cielo y ya rápidamente te llegaba la idea a la mente.
Sobre esa ilusión habla esta preciosa poesía; desde la creación como un muñeco «muy gordo, muy prieto» hasta sufrir las consecuencias del sol y del buen tiempo.
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«Se iba deshaciendo y lloraba arroyos desapareciendo», concluyen estos versos que muestran cómo, pese a todo, iba a tener una función más para los más pequeños: Ser el lago donde se bañan en verano.