Cocinar los alimentos en su justa medida no es solo una cuestión de sabor y de respeto por la materia prima, es también una cuestión de salud.
Hay alimentos que deben cocinarse a determinadas temperaturas para evitar ingerir determinadas bacterias o patógenos, como por ejemplo el pollo o el cerdo. Hay algunos que pueden comerse crudos, congelados previamente.
Y hay otros que nos gustan churruscaditos, con socarrat como, por ejemplo, el arroz.
Pues mucho cuidado con esto último: debemos evitar que al freír, hacer paella, tostar pan o hacer una barbacoa la comida nos salga con una capa quemada. Y vamos a contarte el porqué.
Cuando un alimento se quema genera una sustancia llamada acrilamida, un componente químico que aparece de forma natural en productos alimenticios que contienen almidón durante procesos de cocción a más de 170ºC por una reacción química de los azúcares y de los aminoácidos.
La acrilamida es un elemento que puede desarrollar cáncer en nuestro organismo, según varios estudios.
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La OCU apunta varias recomendaciones para evitar que la acrilamida nos perjudique y no solo pasa por no quemar los alimentos sino también por cómo conservarlos.
1º Debemos evitar los alimentos demasiado tostados
2ºAlmacena las patatas en un armario o despensa, separadas de las cebollas y nunca en temperaturas inferiores a 6ºC.
3ºHierve las patatas en el microondas sin quitar la piel. Si quieres freirlas, pélalas y déjalas a remojo durante 15 o 30 minutos previamente.
4ºEvita que la temperatura de fritura exceda los 170ºC. (el aceite no debe humear)
5ºEn el horno no debemos superar una temperatura de 195ºC. Si es repostería, recuerda, saca el alimento cuando este dorado, nunca tostado,
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