Los expertos y el granjero que ideó este negocio señalan que es una «experiencia muy enriquecedora». Quizá sea una manera de justificar el precio -75 euros por dos horas-, pero la sensación que da juntarse con este animal sagrado para algunas culturas, es una enorme fuente para «conectar contigo mismo».
Si te decides a probar, ten en cuenta las condiciones previas para un buen trato con la vaca. Según los dueños, tendrás que aprender el idioma del propio animal para saber qué le gusta o no… Y dicho sea de paso, evitar algún disgusto en el intento de tocarla.