La conclusión que se extrae de ello es que es muy probable que ir a la playa y tomar el sol puede defendernos ante el virus.
Ya al principio de la pandemia, eran muchas las investigaciones que señalaban que el Covid-19 podría causar menos daños en verano a causa de dos factores: la luz ultravioleta del Sol y las altas temperaturas.
“Su principal virtud es que se ha observado cada región del mundo cuando allí se estaba desarrollando la epidemia”, lo que minimiza la posibilidad de que otros factores alteren los resultados, según cuenta Xabier Urra, especialista en Neurología del Hospital Clínic y coordinador del estudio en el que también ha participado Idibaps.
Afirma, además, que la virulencia del Covid-19 en espacios abiertos será menor en los meses de verano. “Con una irradiación solar del tipo de la que tenemos en esta latitud ahora, en cuestión de minutos el virus se desactiva. Por tanto, es lógico pensar que eso ocurra en exteriores”, concluye Urra.
Al igual que otros virus como la gripe, el coronavirus parece ser estacional.