Antes de entrar en detalle, es muy importante detenernos y darnos cuenta de que no estamos aprovechando suficiente el tiempo. «Estamos muy dispersos y hacemos muchas cosas sin sentido«, resalta nuestra compañera.
Por ello, utiliza la S de Salvador y arranca el día en silencio. No hay necesidad de hablar por hablar, y sí de respetar al menos diez minutos para que nuestra mente descanse y se quede en blanco.
Cuando lo tengas, avancemos a la A para anotar todos los «pensamientos, expectativas y sentimientos» que yo guarde dentro de mí; para más adelante dedicarle un tiempo a la lectura.
Pasamos a la V, donde ya debemos visualizar y marcar los ritmos de mi propio día. «Somos creadores de nuestro día aunque este lleve su ritmo», muestra Marian Frías, antes de resaltar la importancia del agradecimiento.
La D pertenece al deporte; pero el deporte no es solo hacer abdominales y sentadillas. Este apartado te pide que cuides también tu cuerpo físico.