Pese a las circunstancias y pese a ser uno de los colectivos con mayor exposición al virus, los trabajadores tratan de mantener el buen rollo y han decidido festejar, a su manera, eventos como la Semana Santa que no podremos vivir por culpa de la cuarentena.
Mismo buen ambiente había en el garito de Roberto, donde cada fin de semana se disfrazaban con temáticas variadas: Hawaianos, buzos, sexo opuesto…
Escuchamos también el trabajo más divertido de Felipe, cuando era pintor. Daba igual si era el descanso o no, llegaba un momento en el que se empezaban a tirar el emplaste unos a otros: «Quien más tirase pagaba el almuerzo al otro».