«El motor está quemado«, lamentaba nuestro compañero, que rápidamente iba a culpar a la oyente por tenerlo todo el día encendido. Ella, que ni es Goyita ni quiere saber nada del tema, iba a darle una rápida alternativa a Isidro y al alcalde: «Que se abanique».
De hecho, hasta ella se ofrece para estar todo el día abanicando al hombre mientras reciba un buen sueldo. Otra solución, esta vez ofrecida por el humorista, es calmarle con un buen plato de arroz con liebre o gachas… Aunque la mujer no está nada por la labor.