La extremada manía de una atrevida a las acelgas: «No las miro ni en el supermercado»
La leche de cabra, el potaje de calabaza… Y las acelgas como el caso de Esther. Una historia divertida porque ese odio lo ha llevado a la actualidad, negándose a mirarlas siquiera en el supermercado.
Mari Luz detesta el pescado y nos recuerda algo muy habitual en todos nosotros. Ese famoso castigo de nuestros padres, guardando lo que no nos comíamos para la merienda, y si no, para la cena.
Haciendo «snorkel» sobre un plato de judías blancas
Esta pobre atrevida no debería quejarse de ello, porque para castigo el que le hacían a la pobre Mada. Cuando no se comía las judías blancas, su madre le metía la cara dentro del plato. Hay que ver…
Así normal que, cada vez que lo huele, se ponga mala. Eso mismo le sucede a Víctor con el filete de hígado. ¿Te ocurre igual con alguno de estos alimentos?
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