En esta recopilación de flores no falta el color, la viveza y las historias emotivas. Nos detenemos en Isa y su tatuaje de la flor Edelweiss, cuyo tacto es parecido al del terciopelo. «Me la tatué en honor a mi madre«, aseguró.
Muy atentos porque las flores escogidas no están hechas al azar. Gracias a Julia, que llegó a ser florista, conocemos cuáles deben ser la elección perfecta para un ramo de novia: las peonías.
Junto a los ya mencionadas, completamos este jardín atrevido con rosas de María, margaritas del cabo de Justo, briantus de Ana o el clavel, que como dice Luis Larrodera, es considerada la flor nacional.