Aunque el atrevido no ha llamado para quejarse, esta empresa va a asegurarse de que su servicio es perfecto. Todos los departamentos pasan uno a uno preguntando a este pobre oyente.
Las alarmas se encendieron cuando, además de no entender el «dakitú«, recordaba tener problemas de cobertura. Ahí un departamento acusa a otro y al final, como bien se dice, «la casa sin barrer».
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