La afición de Fernando Simón que no ha pasado desapercibida

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Fernando Simón se ha convertido claramente en una de las personas más destacadas de esta cuarentena. El epidemiólogo ha participado en varias ruedas de prensa durante este confinamiento para informar sobre la evolución del coronavirus y la gestión que los médicos están llevando a cabo para hacer frente a esta situación.

Su papel frente a los medios, además, ha conquistado en numerosas ocasiones a las redes sociales, siendo viral varias veces por frases, gestos y experiencias (como la de la almendra) que se han convertido en el contenido preferido de los creadores de memes.

Por eso, Fernando Simón se ha convertido en una de las personas del momento. Tanto es así, que en una entrevista para la revista Desnivel reconoció que, por mucho que ya estén permitidos los paseos, a él le resultan hoy complicados. «La gente me reconoce mucho por la calle y, quieras que no, eso me agobia un poco«, exponía.

Una entrevista en la que reconocía una de sus mayores aficiones, la cual no ha pasado desapercibida a los demás. En plena etapa de desescalada, el médico ha confesado ser un gran escalador en sus ratos libres. 

Un deporte que le llena

«Mi trabajo es muy intenso, son muchas horas que exigen muchísima concentración en muchos temas. El rato que estoy escalando me olvido de absolutamente todo, desaparece el mundo. Me preocupo sólo de mi rato de escalar y eso me hace llegar a la oficina como nuevo«, confesaba Simón. Una afición en la que libera tensiones y que le permite afrontar la jornada laboral con mucha más soltura.

«Es como desaparecer del mundo habitual y entrar en otro que me satisface, me llena, me gusta, me hace olvidarme de todas las presiones que habitualmente tengo. Me emociona”, añadía el mismo. Una manera de hablar sobre este deporte que ha sido muy aplaudida por los aficionados del mismo, los cuales se han encargado de manifestar su emoción al saber que Fernando Simón es uno más de su gremio.

El médico, natural de Zaragoza, afirma que es un deporte al que se aficionó en su llegada a Madrid hace ya 17 años. En su tierra solía realizar otras actividades que en Madrid no tienen tanta cabida, como el windsurf o la vela en los pantanos, por eso buscó una nueva afición con la que mantenerse activo.