En directo y con la máxima energía posible, Jonathan le da los buenos días a una atrevida que se encuentra paseando. «¡Cuidado con las distancias!», ha sido el acto casi reflejo de nuestro compañero antes de confirmar que la mujer respeta todas las medidas de seguridad.
Ya sabemos que el locutor es un aficionado a los aplausos enlatados, a los que va a recurrir para prácticamente todo: Para celebrar que se llama María del Carmen, para resaltar que se lava las manos «unas quince o veinte veces» e incluso para reconocer su predicción sobre el final de la pandemia, para dentro de dos años.