En ocasiones cuando alguien nos importa trasformamos ese sentimiento en control. Nos volvemos posesivos y los celos empiezan a formar parte de la relación, un sentido autodestructivo vinculado con el miedo. Poco a poco la persona celosa llega a ver a su pareja como sospechosa de cada acto que realiza y no le deja descansar en paz hasta llegar al hartazgo. Si no se aprende controlarlos nunca podremos disfrutar de una sana relación.
Este es el caso de nuestro protagonista de hoy, Jesús, que tras dejar una relación conoció a una chica que le regalo otra oportunidad, pero él no ha sabido respetar su intimidad y el espacio que ella le pedía, ha llegado hasta a llamar a su ex novio por inseguridad. Los celos se han apoderado de él y ahora ella no quiere verle más.
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