Según comentan en la empresa, esta atrevida ha sufrido una pequeña avería que necesita la intervención inmediata del humorista. Para ello, le dará una serie de indicaciones -de dudosa eficacia- para localizar el problema y la calidad del servicio: Golpes al micrófono, tecleando de manera aleatoria…
Las revisiones de Isidro Montalvo son tan completas que hasta se atreve a valorar el nivel del timbre de la casa de la oyente, que justamente acababa de sonar. «Pero mire antes por la mirilla», le pedía él ante una pobre mujer que estaba empezando a ponerse nerviosa por gestionar a la invitada y a la llamada a la vez.