Con ofertas en su variado menú, nuestro compañero no va a tener demasiada fortuna en el primer intento. Había pillado a una atrevida que ya tenía la comida preparada y que tampoco va a tener demasiado tiempo para sus historias: «No necesito, gracias».
Si con esta pobre mujer no iba a sonreírle la suerte, os podéis imaginar al llamar a nada más y nada menos que un Ayuntamiento… Que además tenía cocido para comer. Muy hábil ahí Isidro Montalvo tratando de cambiar el arroz tres delicias por el tocino o el chorizo, aunque su estratagema no ha servido para nada.