En realidad, había sido su pareja la que rozó una columna y se marchó sin dar un solo parte. Quince días después de lo sucedido, el humorista quiere saldar cuentas con un oyente que, no solo lo reconoce desde el principio, sino que además se muestra abierta a solucionar las cosas de manera calmada.
Una tranquilidad que no gusta en absoluto a Isidro Montalvo: «Está usted como empanado. ¡Que tengas más sangre!». Claro está, nadie es de piedra, y este pobre oyente ha acabado entrando en el juego, insistiendo en que no le levanten la voz.