Isidro Montalvo va a hacerse pasar por un estricto nutricionista que se acaba de enterar de que dos de sus pacientes se están saltando la dieta. ¡Vienen curvas!
Primero a Mari Carmen y después a Marcelino, el humorista se va a despachar a gusto después de descubrir que no están renunciando a los fritos, las «cervecitas» y la bollería.
De hecho, sobre el segundo le ha llegado información de una barbacoa en la que él, supuestamente, fue de los últimos en abandonar la brasa.
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El problema es que no se trata ni de Mari Carmen ni de Marcelino. De hecho, intuimos que estos dos oyentes no tienen intención ninguna de ponerse a régimen. Cuando Isidro le prohíbe la panceta y los chorizos, la oyente se pregunta: «¿Qué hago? ¿Dejo de vivir?».