No sabemos si prefería no escuchar la valoración de Luis Larrodera y Saray Esteso, o que tenía prisa… Aunque lo que ha ocurrido con Isidro Montalvo hoy, ¡nadie lo entiende!
Recordando que su momento de inspiración siempre aparece a la una de la madrugada, el humorista ha reservado unos minutos para redactar esta preciosa obra titulada «El abrigo y los enanos» en el que un hombre parece visitar una taberna.
Taberna… O un futbolín en el que el protagonista juega con las piezas desaparecidas hasta preguntarse si había mudanza en ese «pueblo recoleto«.
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Lo llamativo no está en el propio poema en sí; sino en la reacción de Isidro Montalvo una vez desvela el pastel de toda la situación. ¿Pero adónde habrá ido?