Después de mostrar su interés por una de las «tropecientas» freidoras que vende esta atrevida, va a comenzar a confundirla con su dakitú y sus frases ininteligibles.
Ella, que no sabe a qué se está refiriendo nuestro compañero, a lo suyo; mostrando todas las características posibles de sus productos y tratando de responder a sus preguntas… Pese a no entender ni lo que estaba diciendo.