Todos escuchamos estos versos y rápidamente nos acordamos de ese amigo o conocido mujeriego. Todo un truhán considerado un experto en el «arte del amor» y que va a representar todas y cada una de las frases que recita Isidro Montalvo.
Cuando se les considere de esta manera, ellos te dirán que «con la vergüenza ni se come ni se almuerza», curiosamente lo mismo que dice esta poesía. Lo mismo con las «bofetadas» que se llevan en cada una de sus conquistas fallidas. En todas ellas, «ni sobró mano ni faltó cara».
«Me gusta con ellas bailar
hacerlas mucho de reír
que puedan disfrutar
de una noche sin fin (…)»