En un poema de indudable romanticismo, el humorista va a sentirse más y más en el papel, haciendo dudar a Luis Larrodera y Saray Esteso sobre si se siente protagonista de esa historia.
La poesía titulada «Incendio» dice así: «Tú, escalando en mi espalda con mis dedos; trepando los poros de mi ser y los de mi piel también (…) Tu aliento empañando cada kilómetro de mi cuerpo. Te conoces a la perfección mis atajos… Pero siempre has sido de elegir el camino más largo y hacerme esperar«.