Una subida al templo del Tepozteco, en México, está el origen de una nueva joya de Rozalén titulada Y busqué, que este 4 de septiembre se convierte en un otro adelanto de su cuarto álbum.
Las distintas fases de la ascensión, las inseguridades, la búsqueda interior… Y una resolución: como dice la letra de la canción, “la respuesta estaba dentro de mí”.
Tras el estreno en mayo de Este tren, y más recientemente de Que no, que no — canción original de La Boda de Rosa, de Icíar Bollaín—, llega este Y busqué construido con las metáforas que acompañaron aquella experiencia mexicana. “Me iban explicando la ascensión como si fuese la vida misma”, relata Rozalén, que entendió que nuestros días felices no pueden depender del deseo ajeno. Porque ese es el mensaje de autoafirmación personal que se desprende del tema.
Y busqué es también una inyección de adrenalina musical, arropada por una intensidad instrumental muy especial que remite a Coldplay y guiada por una batería inapelable. Nuevas formas de enfrentar sus composiciones para una artista cada vez más completa.
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La canción formará parte del que tras el verano se convertirá en su cuarto trabajo, impregnado de esa filosofía tan suya que apuesta por entregarnos a los demás a partir de nosotros mismos. “Porque mimarse a uno mismo no es dejar de lado a los otros, sino todo lo contrario”, reflexiona la cantante y compositora.