Tu organismo tiene otro tempo, no metaboliza igual que a los 20 o los 30, tu actividad quizá sea menor y, por eso, las necesidades nutricionales cambian.
Especial cuidado tenemos que tener con los huesos, perdemos calcio y debemos alimentarlos. También nutrir nuestros músculos, cerebro y mimar nuestro corazón.
Con este panorama ¿qué debes hacer para que tu mesa sea saludable cada día? Estos son algunos consejos:
Con la edad, el gusto cambia, el paladar se modifica al tiempo que el sentido del olfato se va perdiendo. Ni se te ocurra compensarlo con más cantidad de sal. Para potenciar el sabor, nada mejor que las especias, hierbas o jugo de limón.
Toma nota de los alimentos saludables que puedes ir agregando a tu día a día:
Pura proteína con buen aporte de selenio, mineral que, como señala la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG), ejerce un importante efecto antioxidante para los tejidos y el rendimiento cognitivo.
Calcio! para ayudar a frenar el deterioro óseo, más agudo en las mujeres tras la menopausia. Tomar a diario nueve o diez ciruelas secas previene la osteoporosis.
Más calcio, alimento para nuestros huesos. Aumentar el consumo de lácteos, desgrasados – yogures, queso y leche- se asocia con una mayor densidad mineral ósea y mayor fortaleza vertebral.
Almejas, ostras, mejillones, berberechos… Proteína sin grasa y alta dosis de minerales. Y en general todo tipo de moluscos que, además, ofrecen un gran aporte de vitamina B12, sustancia deficitaria en nuestro organismo a partir de los 50. Tanto la B12, como la B9 y el ácido fólico son esenciales para el correcto funcionamiento del sistema nervioso.
Más proteína, para alimentar nuestros músculos y frenar la pérdida de masa muscular . De hecho, con la edad necesitamos comer más proteínas por comida, porque precisamos un mayor aumento de aminoácidos para sintetizarlas.