En el spot se recogen los testimonios de cuatro afectados que superaron el coronavirus. Sus experiencias durante la enfermedad contadas en primera persona estremecen y nos hacen tomar conciencia de la gravedad de nuestras irresponsabilidades durante la desescalada.
Y realmente es sobrecogedor
El mensaje es claro: Sé prudente. No debemos bajar la guardia porque no podemos ni debemos volver atrás.
“Fueron 15 días en coma artificial en los que de lo único que te puedes enterar es de sueños y pesadillas,” relata uno de los enfermos que habla en el vídeo.
«Te crees que es una enfermedad así suave y cuando te dicen los médicos que casi te estas muriendo…» confiesa otro.
La consellera de Sanidad y Salud Pública de Valencia, Ana Barceló, ha explicado en una rueda de prensa telemática que han considerado “conveniente que personas reales que su han sufrido la enfermedad cuenten su testimonio”, y que esperan generar consciencia de que “hay que ser prudentes porque el virus sigue entre nosotros”.
Nuestro país esta, una vez más polarizado, con media España en Fase 2 y la otra media en Fase 1. Hay recomendaciones que se mantienen a lo largo de la pandemia: mascarilla, distancia interpersonal y extremar la higiene … pero ¿qué hay de los afectos?
Por precaución, por prudencia y por responsabilidad, deberán seguir confinados. Sobre todo, ante los colectivos de mayor riesgo, entre ellos, nuestros mayores.
En las fases actuales de desescalada, las reuniones sociales están permitidas, con diferentes rangos, claro está (10 personas fase 1, 15 en fase 2). Pero hay que procurar que se produzcan en lugares abiertos, no cerrados.
De hecho, lo mejor para ir a hacer una visita a los abuelos es quedar en un lugar al aire libre donde podamos mantener los dos metros de distancia social y todos llevemos mascarilla al estar en la vía pública.
Si estas reuniones fueran en recintos cerrados se deberá llevar la mascarilla ya que en una habitación o salón normal es complicado guardar la distancia interpersonal.
“Tenemos que ser conscientes que cuando nos ponemos la mascarilla no es para protegernos a nosotros sino al entorno. Y ahora ese entorno son nuestros mayores que son los más vulnerables”, explicaba en La Ventana Alfredo Corell.