En la vida de un artista cada canción es un reto, cada disco supone lanzarse al vacío con todo. Han pasado ya 16 años desde que Carlos Rivera se alzara como el ganador de La Academia, el concurso mexicano que le sirvió de impulso para labrarse una carrera de éxito internacional.
Cinco trabajos discográficos después, el artista sigue emocionándonos con su voz y sus letras. En su último proyecto, Si fuera mía, nos muestra cómo suenan en su voz algunas de las canciones más bonitas de nuestra música.
Sin embargo, el camino no siempre fue fácil. Estos días ha visto la luz su documental Yo vivo, el cual recoge una de las etapas más bonitas de su trayectoria profesional, por la cual tuvo que luchar con fuerza. Son muchas las enseñanzas que Carlos Rivera nos deja cada vez que nos habla directamente, pero hay una que en este documental destaca por encima del resto.
Cuando en el año 2015 Carlos Rivera estaba preparando su nuevo disco, tenía muchas cosas claras, como el contenido del mismo, pero una aún se le escapaba: el título.
«Es el disco que más feliz me había hecho hasta el momento, tenía claro que eran las canciones que tenían que ir en él, me imaginaba cantándolas en concierto«, expresa en el documental disponible en YouTube.
Pero no todos estaban tan convencidos con el disco como él. Carlos Rivera recibió una llamada de su manager en la que este le informaba de que la discográfica no estaba del todo convencida con el álbum.
Fue entonces cuando el artista quiso valorar su trabajo, dándose cuenta de que lo que había creado era justo lo que quería compartir con su público. Cuando cantaba ¿Cómo pagarte? se le cortaba la voz de la emoción. Era eso lo que quería transmitir.
El artista sentía que tenía que sacar las garras para defender su trabajo, y no le tembló la voz al afirmar ante su discográfica que se estaban equivocando. «Les puedo decir que me va a cambiar la carrera«, les aseguró. Y no se equivocaba, pero a partir de ese momento comenzó un nuevo reto: demostrar que tenía razón.
«Prefiero fracasar siendo quien soy a fracasar siendo algo que no soy«, asegura sobre esta experiencia. No solo terminó convenciendo a Sony Music para confiar en el proyecto, sino que además esto le hizo encontrar claramente el título del disco: Yo creo.
Este álbum no es solo uno de los más exitosos de su carrera, sino que marcó un antes y un después en esta. Con él continuaron las «primeras veces», llenando en varias ocasiones el Auditorio Nacional de México o llevando por España la gira Yo vivo.
La enseñanza está más que clara: si crees con fuerza en algo que nace de ti, no dejes que nadie lo eche por tierra. Apuesta por ello hasta el final. Carlos Rivera es el ejemplo de que funciona.
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