En el caso de Elaine Thompson, británica de 64 años, quedó claro desde el principio. Hace 25 años se llevó 3 millones de euros de la Lotería y, tanto ella como su marido, decidieron no parar de trabajar.
A pesar de ser reponedora en horario nocturno, se quedó un cuarto de siglo en su puesto de trabajo porque quiere «dar buen ejemplo» a sus hijos. Tanto es así que, a poco de comenzar su jubilación, se niega a adelantarla y quiere apurar sus últimos meses trabajando.
Hemos trasladado la situación a nuestros oyentes, siendo muy equilibrado el balance entre quienes mantendrían su puesto de trabajo y quiénes lo dejarían para vivir la vida.
En el primer grupo encontramos a Esther, que se lo mantendría callado hasta que tuviera que mandar lejos a su jefe; o Manuel, quien disfrutaría al máximo el primer mes hasta quedarse sin dinero y tener que trabajar de nuevo.