Los meses de calor están a la vuelta de la esquina y sabemos lo que eso significa: toca hacer dieta para llegar bien al verano. En pocas semanas verás cómo tu gimnasio se llena a medida que se acercan las escapadas a la playa. La gente se adentra en la popular «operación bikini» y busca los mejores consejos alimenticios para lucir un cuerpo de infarto. Nosotros hemos encontrado uno vital para conseguir ese propósito: comer frutos secos.
Sus excelentes propiedades en cuanto a aporte calórico y grasas naturales los convierten en un aliado perfecto para tu dieta, lleves la vida que lleves.
Existen 2 tipos de frutos secos y ambos nos benefician
Distinguimos dos grupos entre los frutos secos: los oleaginosos (almendras, avellanas, nueces…) y las frutas deshidratadas (plátano, manzana, uva…).
Mientras el primer grupo tiene más grasas que azúcar, el segundo funciona a la inversa. ¿Lo bueno? Podemos y debemos introducir ambos en nuestra dieta, sobre todo en los almuerzos entre horas, véanse el descanso de las 12 o la hora de la merienda, por ejemplo.
Por un lado, los frutos secos oleaginosos nos aportarán excelentes propiedades antioxidantes e antiinflamatorias. Protegen el corazón y además son una gran fuente de proteína vegetal por lo que resultan perfectos para saciar nuestro apetito en esos momentos de debilidad.
Por otro lado, las frutas deshidratadas nos darán prácticamente lo mismo, sumado a un mayor aporte vitamínico de sus hermanas mayores, destacando las vitaminas B y E, perfectas para facilitar la digestión y combatir la fatiga. Además, están compuestas de azúcar natural, indispensable en cualquier dieta.
En última instancia cabe destacar que si te consideras una persona deportista, los frutos secos son obligatorios en tu alimentación por su alta cantidad en minerales como potasio, fósforo, selenio, magnesio, hierro y calcio, indispensables para músculos y huesos.
¿Cuántos hay que comer?
Como bien dice el refrán, todo en exceso es malo y los frutos secos no son ninguna excepción. Para beneficiarte correctamente de todas sus propiedades, existe un sencillo truco para controlar la cantidad que debes ingerir.
Basta con coger un puñado, todo lo que te quepa en la mano. Con eso tendrás para todo el día. Además, al ser cómodos y pequeños, son perfectos para llevártelos al trabajo o a cualquier otro lado.
¿Lista para mejorar tu dieta? Adiós tentempiés industriales, hola frutos secos.
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