Una canción histórica para un momento histórico en el que Fonsi nos da las claves para vencer al aislamiento: música, deporte y esperanza.
De tal palo, tal astilla. Luis Fonsi nos mostraba en su última publicación el enorme talento de Mikaela, su hija de 8 años.
«Esta tarde mi hija Mikaela me pidió que la grabara cantando esta canción», confesaba el intérprete de Despacito.
Acto seguido, la pequeña obsequió al mundo con una dulce voz angelical que derritió miles de corazones, incluido el de grandes cantantes como India Martínez: «Ay Dios, esa vocecita es pa’ comérsela», declaraba enamorada la cordobesa.
Estar encerrado implica pasar más horas con nuestra cabeza y en estos momentos de lucha no es recomendable acumular energía en ese aspecto.
Para liberar y aligerar la mente, Luis Fonsi usa el ejercicio físico para desconectar y renovar su inspiración de cara a nuevas sesiones de composición.
Un antídoto natural que compagina con música y directos para combatir la cuarentena, siempre desde la responsabilidad y el agradecimiento a todos los profesionales sanitarios.
Porque en esta película en la que vivimos inmersos, Fonsi ha descubierto quiénes son los héroes sin capa de nuestra sociedad.