No obstante, eso le ha permitido cumplir uno de sus grandes sueños, escalar con los hermanos Iker y Eneko Pou, dos grandes nombres del mundo de la escalada. Se conocieron el pasado septiembre durante la grabación del programa de Planeta Calleja en el que participó el epidemiólogo.
Su relación ha seguido más allá del proyecto televisivo y el pasado jueves los hermanos y el médico llevaron a cabo un encuentro a través de Facebook Live en el que un desafortunado comentario les ha jugado una mala pasada a los tres.
«Fernando, no nos ha quedado muy claro si te gustaban las enfermedades infecciosas o las enfermeras infecciosas«, comentaban los hermanos Pou al médico en tono jocoso. Una «broma» que este continuó en la misma línea: «No les preguntaba si eran infecciosas o no, eso se veía unos días después«.
Comentarios por los que tantos los escaladores como Fernando Simón han tenido que pedir disculpas después de que organizaciones como el Consejo General de Enfermería (CGE) o diferentes rostros de la política mostraran su indignación y exigieran disculpas públicas por parte de sus responsables.
De este modo, Simón inauguró su última rueda de prensa con un claro»lo siento» que desarrolló más en profundidad. «Ante una broma muy tonta no fui capaz de contestar como se debe. Y lo siento más por mí porque me sabe mal que el esfuerzo de años de quitarme de encima ese bagaje de reflejos aprendidos de frases hechas que para nada tienen que ver con mi forma de pensar. Ha quedado claro que me queda camino por aprender y hacerlo mejor», añadía el mismo.
También se disculparon públicamente los hermanos Pou, que pidieron perdón «de corazón» y aseguraron que siempre tratan de huir de las polémicas y ser «gente que suma«.
A esta polémica no le faltó el correspondiente análisis del escritor Roy Galán. En sus post en redes sociales analiza frecuentemente algunas de las cuestiones de género y roles que están a la orden del día en nuestra sociedad.
Lo más común es ser hombre y no saber responder correctamente ante el machismo de los amigos porque existe una especie de pacto masculino llamado fraternidad que hace que pienses que lo peor que te puede pasar es que te expulsen de esa camaradería infinita. Que te consideren poco hombre, un niño, o incluso algo peor: alguien sensible como una «mujer». Los hombres han aprendido a subirse al carro de la virilidad para que no les dejen en el camino y para subirse a ese carro hay que pisar a todo lo que no es un «hombre» de verdad.
Roy Galán