La prueba ha sido realizada con una muestra de más de mil personas de entre 18 y 55 años de edad y se ha determinado que esta es segura, pues no ha causado efectos graves en los voluntarios, tal y como ha publicado la revista médica británica The Lancet.
Esta vacuna experimental está desarrollada por la Universidad de Oxford en base a una débil versión de un adenovirus característico del resfriado de los chimpancés. La función de esta es entrenar el sistema inmune para crear una barrera de protección frente al virus mediante anticuerpos que lo neutralicen y linfocitos T, los cuales se encargan de destruir las células que ya han sido infectadas.
De momento, la Universidad de Oxford y la farmacéutica AstraZeneca continúan realizando pruebas para verificar la efectividad de la vacuna. La siguiente muestra pretende llevarse a cabo con una muestra mucho mayor, aunque la escasez de contagios en la zona de Reino Unido en la que se está llevando a cabo la investigación dificulta el avance. No obstante, ya se cuentan con hasta 7.000 voluntarios, 5.000 de ellos en Brasil y los 2.000 restantes en Sudáfrica.
Entre muchos factores, la vacunóloga Gilbert y el equipo de investigadores tienen en cuenta la evolución del virus, pues este ya no es el mismo que hace ocho o nueve meses, cuando aparecieron los primeros infectados.
Como este grupo de científicos, otros muchos alrededor del mundo tienen el mismo objetivo. Se trata de una carrera contrarreloj por una misma causa común: acabar con el avance del virus de manera definitiva.