Pues sí, están muy de moda entre los apasionados de la alimentación sana, porque poseen propiedades antioxidantes, antiinflamatorias, depurativas y beneficiosas para el sistema inmunológico.
Pero ¡ojo! si consumes sus hojas, semillas o frutos crudos o poco maduros puedes tener náuseas o, incluso, un ataque cardiaco. Y es que contienen glucósido cianogenético, que puede generar cianuro o ácido cianhídrico.
Quién lo diría, ¿verdad? Toda la vida escuchando en casa desde pequeños la importancia de beber zumos de naranja. «Bébetelo rápido que se van las vitaminas«, se oye en el eco de nuestros recuerdos.
Pues bien, la vitamina C, esa diosa de la alimentación, también mata. Para llegar a ese punto de sobredosis tendrías que consumir 11000 naranjas. A algunas abuelas seguro que les parecen pocas.
Tener una dentadura en estado de revista podría salirnos más caro de lo que pensamos. También es cierto que habría que lavarse los dientes más de tres veces al día.
Concretamente tendríamos que utilizar 24 tubos de pasta dental para que el fluoruro, compuesto químico presente en los dentífricos, nos provocase la muerte.
En España se importan de media más de 300 mil toneladas de plátanos cada año, aunque no hay que comerse tantos para llegar a la dosis mortal.
La cantidad de potasio capaz de quitarnos a la vida está en la suma de 480 plátanos. Alguien debería avisar a Rafa Nadal, honestamente.
Más de la mitad de un cuerpo adulto está compuesto de agua (entre 50-65%), lo que la convierte en un elemento absolutamente indispensable para el correcto funcionamiento de nuestro organismo.
Ahora, si sobrepasamos demasiado el porcentaje de cantidad ingerida, podemos transformar aquello de «la vida salió del agua» en muerte asegurada.
75 litros de agua serían suficientes para poner nuestra salud en jaque.