Una circunstancia, que si bien en una primera instancia parece una idea fantástica que facilita la conciliación al tiempo que evita la propagación del contagio, nos puede influir en nuestros hábitos alimentarios y no, precisamente para bien.
La primera premisa que tenemos que tener en mente es que cuando estamos trabajando en casa tenemos que actuar de la misma forma que cuando estamos en la oficina, donde solemos llevarnos snaks saludables (té, manzanas u otras piezas de fruta, bebemos mucha agua…)
En casa debe de ser igual, con la ventaja de que podemos tener todo al alcance de nuestra mano. Por eso, es importante crear una despensa saludable para evitar tentanciones. Teletrabajando es más fácil levantarse a la cocina, abrir la nevera y ver qué encuentras.
Además, conviene hacer un descanso de 15 minutos cada dos horas para evitar fatiga muscular y desentumecer las piernas: puedes subir y bajar las escaleras de tu casa, si es que cuentas con ellas, jugar con los niños, dar un paseo por las distintas habitaciones, tablas de ejercicios físicos, mindfulness…
Estos son algunas recomendaciones nutricionales que nos dan los expertos para evitar coger kilos de más durante este periodo de confinamiento:
1.- Crea un espacio de trabajo cómodo que se adapte a tus necesidades.
2.- Establecer una rutina y preparar con antelación tu lugar de trabajo es importante para separar el trabajo de la vida personal. Además, en la medida de lo posible, si el espacio se asemeja a una oficina será más fácil tu adaptación al teletrabajo.
Para ello:
· Deja entrar luz natural.
· Aparta objetos que puedan distraerte.
· Rodéate de aquello que te transmita positividad.
3.- Establece un horario de trabajo. Es importante porque:
· Permite que tus compañeros, clientes o proveedores sepan cuándo estarás conectado.
· Aumenta tu productividad.
· Tu familia, seres queridos o compañeros de domicilio sabrán cuándo estás trabajando y aprenderán a respetar ese tiempo.
· Darás una imagen de profesionalidad.
4.- Vístete como si fueras a trabajar. Psicológicamente es importante que diferencies entre tu vida personal en casa y el tiempo que dedicas a trabajar. Vestirte como si fueras a la oficina ayuda a establecer esa diferencia.
5.- Haz descansos regularmente y aprovecha el tiempo libre que ahorras en ir a la oficina para hacer una actividad gratificante que te retroalimente positivamente.