El ministerio de Consumo ha elaborado una guía para que los ciudadanos conozcan qué tipo de mascarillas existen en el mercado y qué debemos tener en cuenta a la hora de adquirir una en función del contacto con el virus de cada individuo.
El objetivo es fomentar las compras responsables y conscientes de este producto, que se informe de qué tipos de mascarillas hay en el mercado y cuál es más útil para su situación personal.
El Gobierno, asesorado por las recomendaciones del comité de expertos con el que trabaja desde el inicio de la crisis del coronavirus, sugiere que las personas sanas y sin contacto con la COVID-19 hagan uso del modelo de mascarilla higiénica siempre junto a las recomendaciones de distanciamiento físico e higiene del Ministerio de Sanidad.
Para aquellas personas que hayan resultado contagiadas, que tengan síntomas o que sean positivas asintomáticas, se aconseja el uso de las mascarillas quirúrgicas. Las tipo EPI son recomendadas solo para personas en contacto con el virus, así como para grupos vulnerables y siempre bajo prescripción médica.
En el caso de niños y niñas sanos a partir de los tres años y sin contacto con la COVID-19, el Boletín Oficial de Estado (BOE) recogía el una orden ministerial con indicaciones al respecto sobre su fabricación y uso: «En el caso de mascarillas destinadas a la población infantil […] deberá tenerse en cuenta las especificaciones técnicas UNE-EN 14682:2015 Seguridad de la ropa infantil: cordones y cuerdas ajustables en ropa infantil, en cuanto a que los arneses que sirven para la sujeción a la cabeza para las mascarillas higiénicas para niños deben poder sujetarse sin generar nudos, extremos libres o elementos tridimensionales. Asimismo, se recomienda la colocación de una advertencia para que la mascarilla se utilice bajo la supervisión de un adulto».
Existen mascarillas específicas para edades comprendidas entre los 3 y los 12 años. Se han diseñado en tres tallas diferentes en función de los datos antropométricos de la población española. A partir de esa edad, el menor puede llevar una mascarilla normal, como la de cualquier adulto.
En cualquiera de los casos, Consumo insiste en que las mascarillas son solo un complemento de protección y que es fundamental seguir cumplimiento con el resto de medidas preventivas recomendadas por las autoridades sanitarias.
Las de tipo higiénico son un complemento a las medidas de distanciamiento social e higiene dictadas por las autoridades sanitarias. Recomendadas para aquellos individuos sanos y que no hayan tenido contacto con el virus. Pueden ser reutilizables o de un solo uso.
Las de modelo quirúrgico son las que se usan en ambientes clínicos y están recomendadas para personas que hayan sido diagnosticadas de COVID-19, tengan o no síntomas. Este modelo limita la transmisión de agentes infecciosos porque están diseñadas para filtrar el aire exhalado. Por tanto, su misión es proteger a quienes están alrededor del portador evitando la dispersión vírica al estornudar, toser o hablar.
Se recomiendan sobretodo a profesionales en contacto con el virus y a determinados grupos vulnerables, siempre por prescripción médica. Sirven para crear una barrera entre un riesgo potencial y el usuario, filtrando el aire inhalado y evitando la entrada de partículas contaminantes en el organismo.
En función del grado de protección pueden ser de tipo FFP1, FFP2 y FFP3. Los filtros que contienen contra las partículas también pueden ser de tres tipos: P1, P2 y P3.
En la etiqueta deberá aparecer si la mascarilla es o no reutilizable, cuántos usos permite y cuántos lavados pueden hacerse sin deteriorar la misma
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