Las relaciones dependientes crean un vínculo de unión cerrado, en el que el control de la pareja se vuelve algo muy prioritario, además dejas de pensar en lo que realmente quieres y comienzas a satisfacer exclusivamente a tu pareja, se pierde la ilusión por cualquier otra cosa que no tenga que ver con esa persona. A veces incluso abunda el maltrato psicológico y el auto engaño. Esto no es amor…
El primer paso es comprender que nadie le pertenece a nadie, somos seres libres que buscan el amor y la felicidad en otra persona, una relación sana ha de estar compuesta por confianza, respeto y admiración mutua. Una relación con dependencia es una relación toxica, en la que nos encontramos encadenados si o si a la otra persona y se vive con el miedo al engaño o la ruptura de la pareja. Nunca se está tranquilo e impide el desarrollo de una relación sana.
La mayoría de las personas dependientes con una relación toxica son consciente de ello, pero no se atreven dar por finalizada la relación, se vuelve un cirulo vicioso por seguir intentando que funcione y se retoma la relación cuantas veces sea necesario.
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Rubén ” No sé si debería contarle a mi pareja que le he sido infiel antes de la boda”